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Foto del escritorEdwin CQ

Última noche (Mérida 2)

La luna es testigo, impasible, inmutable, tranquila y serena.

Testigo del cierre, en esta ocasión no un cierre inconcluso, sino uno de verdad.

Impulsado por la verdad, mi verdad, al menos la que es más importante.

La que me hace sentido a mí.


La misma luna, la que me vio ascender y también caer, en esta misma terraza.

¿Se reirá de mi pasado? ¿Sabrá el futuro?


Hoy fue un buen día, fluido, sin resistencia, así como la vida últimamente, se aparta y se ciñe a mis designios, eso quiere decir; ¿Estoy tomando la mejor decisión?

No como quisiera.

Pero si como quizá me merezco o más bien, como necesito.


Me pregunto hoy, en las últimas horas en mi terraza ; ¿Qué pensarán los fantasmas?

No los de los recuerdos, los verdaderos fantasmas de la gente que ya se ha ido.

¿Estarán orgullosos?


Supongo así se siente la incertidumbre.

Mi analista me dijo hoy que es normal sentirla y que realmente nunca he tomado una decisión.

¿Se refiere a una decisión o a hacer una incisión?

El corte aquí está y no por mi culpa, sino por algo mediático y arbitrario que viene a separar, a impulsarme.


Mi analista me recordó que no estoy huyendo.

Así no fue como nació la idea en mi mente.

No es huir, es enfrentarme, es construirme a mí mismo.

Construir al fin la base, porque el accesorio ya lo tengo.


No niego que hay melancolía, nostalgia, tristeza.

Las lágrimas de mi padre son contagiosas.

Y el cierre es curioso, sumamente poderoso, una cena con mi padre.

Quienes alguna vez se rompieron se unen, al final.


Siempre hay un deseo de quedarme aquí, el mismo no se va, no me abandona.

Pero no debo olvidar que aquí ya no existe nada para mí.

Pasado, dolor, falacias, tristeza, poder, recuerdos que asemejan a gloria, de espejismos.

El pasado ha sido duro conmigo y no deja de golpearme, cada vez más fuerte cuando me atrevo a regresar a él, como si no me quedara claro que ese no es el camino.


Al final las cosas son cosas, accesorios.

Me entusiasma crear la base, así, solo.

Porque no debería darme miedo la soledad, sino abrazarla y usarla como catalizador.

Los miedos no frenan sino que potencializan y nos construyen.


Es la última noche.

Las últimas horas, las últimas vistas, la última ducha, una última mirada a los recuerdos.

Podría pasarlas recordando que hubiera pasado si las cosas hubieran salido diferente.

Si hubiera hecho diferente las cosas.

Si hubiera sido una diferente persona.

Eso es inútil y ridículo.

Sobre todo cuando se abre un camino incierto.

Me entusiasma, me emociona, me aterra también.

Hoy cierro con estas páginas el capítulo de Querétaro.

Con la luna de testigo, risueña.

No de mi pasado, sino al fin de mi futuro.

De lo incierto

De la decisión

De la incisión.


Querétaro, Qro. 28 de septiembre del 2023.



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