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Foto del escritorEdwin CQ

El diálogo.

-¿Qué piensa tu analista de vernos? - me preguntó. Sonrío, como si él pudiera verme al otro lado del teléfono. -Dice que sería como verme las "entrañas". - le respondí. Risas, él otro ríe y yo también, reímos como si todo estuviera bien. - Muy apropiado -dice- además de cabrón, resulta ser ocurrente, al mío tampoco le parece apropiado que nos veamos, de hecho dice que le parece "repulsivo" nuestro encuentro. -Entonces, ¿No nos vamos a ver? -le pregunto con un toque de nostalgia, con un toque manipulador, de tristeza, de añoranza. -No he tomado aún la decisión Edwin, -me responde- y más que tomarla yo solo, es una decisión que deberíamos tomarla juntos ¿no te parece? además, basado en mi experiencia, los psicoanalistas se equivocan ¿o no? Reflexiono de mi analista, y una primera idea se me viene a la cabeza. -Tienes razón, le pregunté en diciembre si estaba listo para empezar una relación, si al fin podía lanzarme como "gorda en tobogán", que había conocido a A, que estaba enamorado de él, y me dio luz verde, me dijo: "¿que puede salir mal?"... y muchas cosas salieron mal. - le respondí, nostálgico, melancólico, culpable.

Silencio, conozco su cerebro, gira, carbura y funciona igual que el mío, pueda ser que incluso mejor, sé que está planeando una respuesta asertiva y correcta.

-No creo que los psicoanalistas sean una bola de cristal que puedan predecir el futuro - me responde- además de todo, eres experto echándote la culpa de las circunstancias, si no funcionó fue por ambos y fuera de ello, creo que tu analista no se equivocó, necesitabas esa experiencia en tu vida, con urgencia, tu "A..." fue quizá lo mejor que te haya pasado en la vida.

Me quedo callado unos instantes, y enojado, peor eso, de poco me sirve enojarme con él, me sacará de mi enojo fácilmente, así que le sigo la conversación.

- ¿Por qué dices que es lo "mejor que me ha pasado"? -le respondo- ¿No estás viendo el cagadero de mi vida actual?

-Si bueno, realmente es un cagadero y no me gustaría estar en tus circunstancias y por eso quiero verte -me responde- me daría mucha pena que tus escritos se volvieran realidad y leo mucho dolor y pena genuina, nadie merece y mucho menos tú pasar por esto, pero, si logras sobreponerte a estas circunstancias al fin estarás dando el paso que mereces, porque para empezar no volviste a lo mismo donde estabas, tu dolor va más allá de una ruptura y de una relación, no volviste a donde estabas y no estás reaccionando como siempre reaccionas y eso me tiene interesado, la neta.

Me río, y creo que eso lo desconcierta, a veces tiendo a reírme en momentos extraños, como éste, me río yo creo por la incomodidad.

-¿Te interesa? ¿Mi dolor es fenómeno de observación? -pregunto con dosis de sarcasmo- ¿Cómo es, según tú, como siempre reacciono?

-Con odio.-contesta él, ignorando lo demás.

Me quedo callado y ante mi silencio que parece durar más tiempo del que yo valoro, él añade un poco más.

-Y luego vuelves a la libertad que te enseñaron, a hacer lo mismo que te enseñaron tus padres o que te enseñé yo, porque tiendes a idealizar a las personas o a idealizarme y yo también fui un desastre, o al menos la persona que conociste.- contesta y escucho un timbre un poco triste.

-Supongo que todos somos un desastre alguna vez, no creo que alguna vez hayas sido un desastre como yo en estos momentos -unas cuantas líneas inútiles que digo para suavizar la tensión que aparece entre nosotros- mi analista y yo nos encargamos de romperme en este proceso, en todo el tiempo que duró la relación con A, y ahora que todos mis valores aparentes se han roto, no se a donde apuntar y ahora que A se ha ido no puedo responder con odio, independientemente que lo amo, el odio ya no apunta como uno de los valores en mi vida, solo me haría destruirme más. -¿Cuándo te vas?- me pregunta de pronto, cambiando el tema de imprevisto, como siempre.

-De inmediato, lo único que tengo claro, es que debo de irme, de inmediato, lo más pronto posible, en cuánto lo logre.- le respondo.

- El Edwin que conocí lograba las cosas que se proponía tan solo las imaginaba.- me dice, quizá es mi imaginación pero escucho un poco de emoción en la voz, puedo pensar el motivo, puedo pensarlo.

-El Edwin que conociste no tenía Depresión Severa, alias "Melancolía"...- empiezo, pero me interrumpe.

-A Edwin le valen madres las cosas que establece la medicina, bien defendiste que Covid era una farsa, y también que la OMS está pendeja y por años estableció que la homosexualidad era una enfermedad mental ¡ah pero ahora! vas a escudarte en que la OMS define la depresión y no se que mamadas, yo algo que siempre te admiré era que no eras hipócrita.- apasionado como siempre me contesta, duro y fuerte.

Touché. Indefenso quedé, se me olvida que estoy jugando con un cerebro igual que el mío, me quedo pensando mi respuesta, pero es que no hay mucho que decir más que:

-Me voy el miércoles, pero ya no aguanto estar aquí, la verdad es que por cada día que paso aquí, suben las ganas de matarme, así que me voy el martes, en cuanto salga de la sesión con mi analista me iré a condesa, ahí me siento acogido en uno de mis hoteles favoritos y las ganas de hacerme daño, bajarán.- contesto, sincero, sin victimizaciones.

-¿Son los fantasmas que viven en el departamento? - me pregunta. - No, es Querétaro mismo, representa la vida que no quería vivir y la viví por inercia, ahora que todo se desmorona, es el constante recuerdo de que no soy feliz, y que construí una vida de apariencias, de imágenes, de felicidad aparente, no de la mía, sino de los demás, ya no quiero estar aquí, quiero mi propia paz.- le respondo.

Hay un silencio incómodo, me pregunto si él se identifica, si también lo siente igual, si también se siente así, sin embargo para él eso, está mucho más difícil.

-No deberías de ver a A. -interrumpe el silencio- se que para ti no hay imposibles, y que si te quieres despedir de él puedes forzar el encuentro, Querétaro es tu campo de juegos, controlas todo, puedes controlar el encuentro sin que él se dé cuenta, incluso ciudad de México, pero no lo hagas, el volvió a más de lo mismo, y tú... bueno tú estás escapando justo de eso, verlo es volver a más de eso, incluso para una despedida.

Me quedo callado, como cuando me quede callado en el consultorio de mi analista, cuando me pidieron hacer la promesa, el clásico, sin comprometerme a nada...

-Y yo creo... que no debemos vernos -continúa- más que vernos las "entrañas" es reavivar un pasado de dolor, a veces pienso que te volviste en un CEO, sumamente exitoso, porque yo quería que fueras ese CEO.

Este silencio duró mucho más, porque hubo lágrimas en él.

-Me gustaría tener mi Snitch que "se abra al cierre" - le respondo- pero creo que este aún no es mi cierre y aún faltan muchas cosas, me agrada que a pesar de todo, existe la oportunidad de tener este diálogo, exista como exista.


3 de Septiembre del 2o23. Querétaro. Qro. Edwin CQ.

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