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Foto del escritorEdwin CQ

En Mérida también llueve.

En Mérida también llueve, así empieza ¿o termina? uno de mis sueños que puedo recordar de la última noche en este viaje en la capital yucateca, primero, me agrada volver a soñar y que mi inconsciente me hable a través de mis sueños, el mismo, es sumamente personal y no lo narraré todo, pero la idea es interesante, claro que en Mérida llueve, de hecho ahora que es temporada de lluvia, la misma llega por las tardes, se asoma entre sus calles arboladas, de forma amenazante y paraliza la ciudad, sobre todo el centro, calles inundadas, ríos de agua, es intensa, implacable, breve pero destructiva, se puede llevar todo lo que construiste en unos cuantos segundos ¿me recuerda a la depresión?, creo que la idea más importante de mi sueño no era la lluvia en sí, era profundizar e ir un poco más a lo metafórico: "en Mérida también puedes llorar" , también puedes ser desgraciado, infeliz, triste y solo (solo en el mal sentido de la soledad apabullante que te atosiga con los ecos de tus malas decisiones)


Es horrendo pensar que en la mejor ciudad de México para vivir, la "ciudad blanca", existe mucha melancolía, primero, pensé que se debía a mi estado anímico y mental, sumido terriblemente en una depresión agresiva ¿a qué tipo de personas iba a poder atraer?, así todas mis interacciones con personas de mi edad, si bien interesantes, enriquecedoras, llenas de lecciones, fueron marcadas por el común denominador de la tristeza, melancolía, después de investigar un poco, me doy cuenta que no es sólo mi percepción y que Yucatán lidera al país en suicidios y así, dirigiéndome hacia al aeropuerto, Mérida se despide de mí con el espectáculo de una calle cerrada, forenses, patrullas, caos y desconcierto, después me enteré que se debía a un suicidio, acaecido tan solo una hora antes de que yo abandonara la capital.


La cercanía con el suicidio, la tristeza, la desesperanza, la melancolía, me estremece me aterra, me conmueve, huir de ello para encontrarlo aquí no es una bonita carta de presentación y me recuerda que la oscuridad y el terror existen en cada rincón del mundo y que jamás podré huir de ellos, sino enfrentarlos, ¿qué me queda entonces? Supongo que no cargar conmigo los pedazos que me hacen sentir sumamente miserable, no dejar que se reproduzcan acá y concluir con ellos desde Querétaro, porque si los guardo en la maleta y me los traigo conmigo, por muy "blanca" que sea la ciudad, encontraran en sus calles y rincones el ambiente perfecto para su reproducción y por ende, mi aniquilación. Por primera vez pienso que estos fragmentos de "sublimación" que escribo de manera aislada, sin objetivo, para quién quiera leerlos, podrían convertirse en otra cosa, algo con Consistencia, Margarita Posada lo describe en su libro bastante bien, la sublimación de sus pensamientos culminó con una obra llamada; Las muertes chiquitas, otra batalla con la aterradora depresión y que en mi opinión, la autora tuvo muchos recursos de apoyo, que muchos carecemos, una depresión algodonosa fue la suya, bueno, quizá también la mía, la de Styron, la de Carrére, no digo que mi batalla con mi adversario esté concluida, al contrario, se que habita en mí y que no me ha dejado y por eso me voy, para hacerle frente sin intermediarios, sin embargo, hoy por primera vez pienso que como lo menciona Posada; el dolor propio solo sirve para ayudar al dolor ajeno, quizás sea el siguiente paso, con estructura, con paciencia, con pasión, pueda armar algo que con consistencia, ayude a los demás a no terminar perdiendo la batalla. Querétaro, Qro, 12 de septiembre del 2023. Edwin CQ.





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