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Foto del escritorEdwin CQ

Preparativos. (Mérida 1)

Nadie nos dice lo difícil que es mudarse y no solo hablo del desastre de las cajas, sacar todo lo acumulado por años, decidir que cosas son inservibles y por otro lado dictaminar cuáles cosas debo de soltar, creo que el desgaste más complejo es el emocional, la pregunta de; ¿Estoy tomando la decisión correcta?


La pregunta anterior ha rondado constantemente por mi mente los últimos días, cuando las personas me preguntan; y ¿Por qué te vas? No puedo responder, primero porque los motivos son sumamente complejos y las personas evitan la complejidad y buscan respuestas simples, así las cosas, la razón de irme está englobada por muchos factores y es sumamente personal, fuera de la esfera personal, es más que nada íntima, tan íntima que a veces me confundo y debo de recordarla con ayuda de mi subconsciente, por eso cuando la gente me atosiga con esa pregunta lo único que hago es responderles las razones objetivas de mi decisión, las que son fáciles de entender y de analizar, porque la mayoría de seres humanos entienden bien lo objetivo, lo subjetivo les confunde, revuelve, les escandaliza.


Con esta decisión me siento renovado, lleno de vida, aunque en momentos caigo, me he sorprendido a mí mismo llorando varias veces durante este proceso, el arte de soltar está siendo enrevesado, más para alguien que tiene configurado en su cerebro desde su nacimiento que soltar es malo, supongo que ahora que llega el final me hace más efecto el desprendimiento, llegar a la conclusión de que indiscutiblemente no puedo llevarme todo y hay que decidir qué cosas dejar atrás, las cosas, ¿por qué nos apegamos tanto a ellas? Y luego nos sentimos desnudos sin su presencia, por ejemplo, mi tarjetero, soy incapaz de salir sin él porque me siento desnudo, como si mi valor fuera directamente proporcional a las tarjetas gruesas que cargo en él, así me siento en este momento lleno de desprendimientos, que una parte de mí se queda en cada una de las cosas que decido no llevarme.


Por otro lado, los afectos, sin duda tenía que llegar el momento en que sintiera la realidad de la separación, de la distancia de kilómetros que se establecerá por primera vez en mi vida con mis padres, la ansiedad de la separación, el dolor de soltar, de cortar el cordón umbilical, a veces debo de recordarme en este proceso una y otra vez el motivo principal por el que estoy haciendo esto y sobre todo recordar que; a veces las mejores decisiones pueden no tener las mejores consecuencias.


Mañana veo a mi analista por última vez de forma presencial, o al menos por última vez en un rato, otra separación que me genera ansiedad, ahora que lo pienso, creo que las separaciones y los cortes son sumamente difíciles para mí, ya lo he hablado en anteriores entradas, ya han pasado síntomas demasiado extraños, como brotes psicóticos, regresiones violentas en momentos clave de mi vida, en los momentos de disoluciones o pseudodisoluciones, es por ello que este momento es tan caótico y fundamental en mi vida, por primera vez yo soy el que hace la separación, el que se va, el que abandona, el que deja a los demás, lo pensaba el otro día que el policía de central park me dijo: "Vaya Edwin, es el fin del mundo, todos se fueron de central park y tu seguiste aquí por años, ahora que te vas, siento como si fuera el apocalipsis"


Ahora que me voy, el arte de irse, de saber cuando es tiempo de cortar y decir: Hasta aquí llegué, un arte misterioso, lleno de quizás, de incertidumbre, algo que no conozco y sin embargo me emociona, ser por primera vez el que se va y no al que abandonan, aunque eso signifique poner tierra de por medio, abandonar mi consultorio favorito y dejar atrás todos los ideales confusos y alienantes.


Por otro lado, el fantástico roadtrip, tan cargado de subjetividad que me emociona, poderoso y significante, manejar el auto que representa libertad y que por ello le tengo tanto cariño, llevar a Pelusa, llegar a Mérida no gracias a un vuelo, sino gracias a mi constancia, esfuerzo y dedicación, hacer el viaje acompañado, recuerdo que la melancolía me ganaba al inicio de este viaje, tristeza por no tener una pareja que me acompañara en este viaje, sin embargo a veces pienso que hay afectos que son más importantes que otros, y con la relación tan fuerte, maciza y extraordinaria que tengo con el amigo, más hermano que me va acompañar creo que no necesito a nadie más, a veces creo debo de ser más agradecido a la vida y sentirme afortunado de contar con una persona como él a mi lado, vivir esa experiencia juntos (una más) será algo increíble.


He venido aquí a sublimar, aunque no debería estar haciéndolo, me espera dentro mucho caos, pero calmar un poco mi alma es invaluable, soltar para avanzar, abandonar por primera vez, viajar para sanar, me siento otra vez motivado.


Querétaro, Qro, 25 de septiembre del 2023. Edwin CQ

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