Teodoro

¿Escribir sobre la gastronomía de un all inclusive? Muchos juzgarán (sobre todo los europeos, o los mexicanos envalentonados) que un todo incluido poco tiene que ofrecernos a los paladares más "exigentes", lamentablemente en las entradas de este blog van a encontrar mucho sobre la gastronomía de numerosos todo incluidos, porque, a pesar de que coincido con que los todo incluidos lucran con el poco criterio de su público objetivo, hay muchas joyas ocultas dentro de los mismos, un ejemplo de ello es el restaurante de cocina de autor Teodoro que se encuentra ubicado dentro del actual buque insignia de Hyatt all Inclusive Collection el famosísimo (y si se me permite la expresión) costoso Secrets Impression Moxché. Karla Enciso firma y dirige desde cocina este restaurante que en mi segunda visita, tristemente se ha vuelto ligeramente mecanizado, hay que recordar a las cabezas de los todo incluido que al abaratar tu producto nunca obtendrás como huésped una mejor experiencia, esto pesa en Teodoro al estar abarrotado, buscando como huésped un refugio a la alta ocupación que reina en general, no lo encuentras y en pleno cumpleaños nos recibe con retraso en mi reserva, ahora se oferta gratuito al hospedarse cinco o más noches, por supuesto ningún extranjero dejaría de aprovechar cenar gratis aquí sobre todo si le cuesta más de mil dólares la noche. La misma mesa en la esquina que en mi anterior estancia, se agradece, no soy la misma persona, tampoco mi mejor amigo, pero el recuerdo del mismo lugar, la reflexión es grata, el servicio de los meseros se sigue ejecutando a la perfección, atentos a cada gesto y detalle (nunca tendrás que tomar la servilleta al volver del baño), la mantequilla aquí no es sosa o congelada como en los otros centros de consumo, a su punto y con su sabor trufado, me disfruto acompañarla de su pan exquisito, convierte en un deleite tan solo la espera a que la orquesta comience. La elegante sommelier con su delicadeza al servir pero sobre todo con su sutileza al describir un vino ha sido reemplazada con el nerviosismo de un mesero que arrastra las palabras previamente aprendidas y luego recitadas con dureza al presentar cada maridaje, así, corta de manera áspera la elegancia de sus compañeros al introducir cada uno de los platillos que son exquisitos, no culpamos al mesero, quizá es culpa de la directora de orquesta o alguna de las cabezas de los directores, como sea, toca un poco de frustración para aderezar la noche y reírnos un poco del contraste de la finura con la torpeza, los platillos son iguales que la vez anterior, con algunas pequeñas diferencias, lo que para mí es maravilloso, ya que, en esta noche de cumpleaños no vengo buscando sorpresas (raro en mí), creo en este momento de mi vida, estoy buscando estabilidad y me relajo porque la encuentro, mismos sabores y contrastes que satisfacen un poco a mi paladar. No busco en esta entrada aburrir con una descripción suntuosa y pastosa de cada uno de los platillos, puesto que, la mayoría de ellos, no lo ameritan, sin embargo, me detendré en tres piezas musicales, el carpaccio de pulpo que masajea el paladar con sabores tan contrastantes pero a la vez suaves, cítricos, el retrogusto es tan sabroso que uno desea que el platillo fuera eterno, podría detenerme en alabar la cocción del pulpo (incluso en restaurantes firmados por chefs de talla mundial he probado pulpos chicloso) pero lo que hace increíble a esta pieza es el balance en los contrastes atrevidos del mismo, la contradicción balanceada, deleite. No hay mucho que decir de mi siguiente opción a reseñar, el taco de langosta, simplemente que, con su cocción al vacío le quita todo el sabor y consistencia agresiva y la vuelve más amigable con el paladar, combinable con el chiltomate se hace un bocado muy apetecible. Vine específicamente a Teodoro por el siguiente platillo que voy a reseñar, impulsado por una de las propietarias del resort esta pieza se volvió mi favorita apenas mis papilas gustativas tocaron la salsa. ¿Qué dices cuando te preguntan si te gustó un platillo?; para mí siempre es balance, contraste, ejecución, presentación, simpleza. Sí, bueno, el pescado capeado (Róbalo), kale, calabaza, con su salsita verde cumple con estas características, pero siempre he pensado que en la comida, más bien gastronomía al igual que en cualquier arte hay un componente espiritual, subjetivo, algo que asciende hasta nuestro corazón y para evitarnos pensar lo tapamos con muchas cualidades objetivas, de esas que sí podemos medir, así fui yo en ese febrero pasado, maravillado con la charla con mi mejor amigo porque bien que disfrutamos de medir los alimentos con cualidades objetivas y quedé enamorado de ese pescado capeado, felicité a la querida Karla Enciso y me fui maravillado a dormir por haber disfrutado un platillo excelente (balanceado, contrastado, bien ejecutado, etcétera) Pero, este 2 de julio de 2023, cumpleaños 27, quizá por las continuas sesiones de psicoanálisis, talvez porque el alma estaba atormentada, probablemente porque el subconsciente se encontraba enardecido y motivado por el mesero que servía copas y copas, mi espíritu encontró la razón por la que esta pequeña pieza musical me provocaba tanto deleite emocional, y así me llegó de golpe, una sonrisa en mi corazón que también provocó una sonrisa en mi rostro y que mi mejor amigo capturó. Así como Albert Camus nos recuerda: “Un hombre lo es más por las cosas que calla que por las que dice.” (Camus, 1942) yo decido callar el recuerdo vívido de mi mente, solo diré que engloba un bowl verde, una mesa completa y que menos es más. Secrets Impression es mágico y Teodoro más, quizá haya algo que como a mí a tí te haga sonreír desde el corazón. 25 de Julio 2023. Edwin CQ.