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Foto del escritorEdwin CQ

Sonrisa.

Ayer, para concluir el día, me recordaron que tengo una sonrisa bonita, auténtica, genuina, ¿Por eso me gustará la ciudad? Lo interesante es que tengo que viajar hasta Mérida para que me lo recuerden, es más, no es interesante, es absurdo, ridículo, y más ridículo aún que tenga que venir de una tercera persona y no de mí mismo, todavía subiendo estas tonalidades de absurdos, que me conmueva y me haga llorar, como si yo no fuera suficiente y necesitara la validación de otras personas para reconocer que soy valioso por mí mismo y que sí, mi sonrisa es uno de mis elementos físicos más preciados, por eso, (además de que huyo al dolor dental, porque ¿para qué quiero dolor físico si ya tengo suficiente del otro?) no me he atrevido a manipularla en ningún sentido. Buenas lecciones yucatecas, como siempre que viajo a esta ciudad, que me invitan a quedarme. Me pregunto si me depara una señal la vida en el transcurso del día de hoy de ver tantísimas propiedades, algo que me lleve a decidir, ¿se puede justificar la inacción esperando indicios? Así conocí a un chico recientemente, esperando que le cayeran señales del cielo, así pasó a hacerse pequeño, vivir en un penthouse en el norte de México, y diluirse, y luego visitarme en Querétaro, intentar replicarlo, y al fallar, buscar pasarme toda su carga emocional a mí, todavía, cuándo no acepté su pelota emocional me dijo, " la intención no era esa", me cuestiono si en mi inacción me vuelvo como él, diluyéndome y dejando de ser el protagonista de mi vida, esperando señales del cielo que me hagan decidir, cuál va a ser la mejor de las propiedades, como sí mi alma se fuera a conmover por algo tan frívolo como un departamento, una casa, un lugar para vivir ¿No somos nosotros, los humanos, los que los hacemos a esos objetos, cosas, especiales?


Confieso que ayer, aún así, sentí algo, una especie de estremecimiento o vacío, no lo sé, ya estoy acostumbrado a sentir constantemente el vacío de la angustia, pero este fue diferente, creo que después de tanto dolor, de tanta desmotivación ayer sentí una especie de ¿motivación, emoción? Sí, fue eso, como cuando me emocionaba de crear mi empresa, o de planear un viaje, o de tener una cita, ese miedo de empezar algo nuevo, algo que no conocía, el moverme por arenas desconocidas, intransitadas, lo sentí en el rooftop de unos departamentos bastantes algodonosos, modernistas y chics, sentí algo así como; "quiero vivir aquí, esto me inspira paz, creo que aquí puedo construir mi nueva historia" , aún me falta mucho por ver, pero ayer haber sentido ALGO, después de tanto tiempo sintiendo solo dolor, marca la diferencia.


Mérida, Yucatán, 7 septiembre, 2023. Edwin CQ.

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