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Foto del escritorEdwin CQ

El analista y el analizante

El escenario del día de hoy es distinto, estoy en Andaz Condesa, en uno de mis hoteles favoritos y a diferencia de mis anteriores entradas hay mucha vida, me fui a refugiar al Wooftop (el sports bar del hotel) y más que refugio encuentro exceso de vida, risas, carcajadas, parejas, amistades, miradas de homosexuales que se me quedan viendo, al parecer, según me cuentan, un grupo que está feliz conviviendo, música a todo volumen, hasta me pregunta la mesera; ¿Y si crees concentrarte escribiendo en tu blog? Me reí cuando me lo preguntó y hasta sentí peligrosamente creciendo mi ego: TU BLOG, creo que mi abstracción mental ignora el ruido y eso me preocupa un poco, pero también me relaja, una forma de paliar la ansiedad y el dolor, escribiendo, y sentirme acompañado a través de la palabra, en medio de tanto escándalo, hoy me siento comfortable y creo me siento hasta alegre, a pesar de que el día no ha salido como lo planee.


El día de hoy estuvo lleno de reencuentros y pseudodespedidas, empezamos con Susette al recibir a Pelusa, sabe que muy probablemente es su última estancia en su hotel perruno y la recibe con nostalgia y amor, nos despedimos la señora N y yo al encontrarnos en las escaleras del área común de mis departamentos horrendos, espantosos, fríos y sin vida, le tengo mucho agradecimiento porque alguna vez me ayudó al prestarme su aparato de presión esfingomanómetro creo le llaman, me dice: "diviértete en Mérida" me da risa también que me vea como un niño, así supongo que también ve a su hijo, creo que encarna también la repulsión, el control y también me recuerda a mi madre, controlando a su hijo y reprimiendo sus instintos y no dejándolo libre, alguna vez explotará esa bomba y lamento que yo no estaré en Querétaro para verlo, lástima, me gustan los dramas, pero el reencuentro más importante, el más valioso y el que estuve esperando por tres meses es el de mi analista, mi llegada es épica, arribando por primera vez en uber a su consultorio y además cargando una maleta azul enorme, ¿Es acaso un vistazo al futuro? Mi mejor amigo tiene razón, piensas y eres libre cuando vas en un vehículo, cuando no eres el protagonista, cuando no tienes el control y cuando no eres el que conduce el vehículo, y no, no estoy hablando de coches. -Viajo con una maleta cargada- fue lo primero que le dije a mi analista.

-Es lo que veo-fueron las escuetas palabras con las que respondió.

-Así viajo, siempre, y no me refiero solo a Mérida- le respondí, queriendo iniciar el análisis ahí, a las afueras del consultorio, en el jardín.

Me dejó pasar y dejar las cosas en el recibidor, recuerdo que le dije:

- Es mejor que queden aquí y que no pasen al consultorio.

Algunas palabras iniciales, de preguntarle como está, como si no fuera evidente que está sufriendo, haciendo el esfuerzo para verme, de que está en estado "zombie", de que si necesitara mayor confirmación de si a alguien le importara mi bienestar es a mi analista, de que realmente le importo, y que debo de apreciarlo, a veces creo que soy una persona sumamente egoísta.

Me coloco en el diván, coaccionado, necesito que después de estos tres meses (le recuerdo al lector que no ha seguido estos capítulos , no fueron tres meses , fueron tres semanas pero así lo sentí) mi analista me dirija y me obligue a colocarme en el diván, me recuerde que las sesiones ya son viendo a una ventana, fomentando al análisis y al inconsciente (o subconsciente) y empezamos a hablar.

O a extrañar.

O a añorar.

O a mostrar.

No sé que pasó en esta sesión.

Supongo que nadie sabe realmente que pasa en su sesión, es una confrontación entre el consciente y el inconsciente (o subconsciente).

Pero recuerdo muy bien, preguntarle a mi analista sobre nuestro vínculo, el que pienso muchas noches antes de irme a dormir, nuestro vínculo entre nosotros, el que existió antes de entrar a análisis, desde que nos conocimos en una app con colores brillantes pero con objetivos oscuros, el que existió cuando lo volví a buscar para terapia porque sabia que era el mejor, el único que podía ayudarme, el único que podía conmigo, desde julio 2022, y el vínculo que existe ahora, el que ha ido evolucionando, destruyéndose, construyéndose, el vínculo más importante en mi vida y el que se acerca a su destrucción, o quizá más bien a una evolución así cuando me vaya a Mérida, me aterra perderlo, porque es el único que está conmigo en esta relación de transferencia.

-El vínculo de analista analizante es más complejo de lo que tú sabes Edwin y determina la forma que te relaciones con lo demás- algo así contestó mi analista.

Y no me apena llorar en un sports bar lleno de gente porque hoy soy alegre porque sé que he tomado decisiones por mí y no por alguien más y que al final del día, no estoy solo.



Cuauhtémoc, Ciudad de México. 5 de septiembre. Edwin CQ.


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